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Antonio García Rabaneda
Sacerdote Pampamissayoq
Txana Mashã Inu Bakê Huni Kuin
Nació en Antequera, Málaga, es licenciado en Biología por la Universidad de Granada. Concluidos sus estudios académicos, comenzó desarrollando y ejecutando sus propios proyectos de restauración de la cubierta vegetal, fomento de agricultura ecológica, conservación de la biodiversidad agrícola, etc, a través de una asociación medioambiental. Viajó por toda Andalucía recuperando semillas de variedades tradicionales y creó su propio banco de semillas tradicionales que a día de hoy sigue cuidando y cultivando.
Paralelamente, y durante los últimos 20 años, Antonio se ha adentrado en el estudio y práctica de cosmovisiones y conocimientos de culturas ancestrales, el mundo maya y su astrología, el mundo tibetano y su medicina, el chamanismo siberiano y sus rituales, el chamanismo amazónico y sus medicinas sagradas y el mundo andino y su camino sacerdotal.
Su mayor estudio y formación lo ha realizado sobre el mundo vegetal, lleva más de 24 años estudiando y experimentando con plantas, tanto agrícolas como medicinales y sagradas. Durante los últimos 18 años, ha ido recorriendo su propio camino iniciático de la mano y guía de una medicina sagrada de Brasil, la Mamãe Jurema, una planta-espíritu ancestral, sanadora y maestra, que a día de hoy lo acompaña en sus ceremonias y lo ha llevado a convertirse en Pajé de Jurema.
En 2019, realizó su primer viaje a los Andes y al Amazonas donde inició su formación oficial como sacerdote andino dentro de la tradición de los Missayoqkuna o Paq'os andinos en Nación Q'eros y fue bautizado en la tribu Huni Kuin del Amazonas con el nombre indígena de Txana Mashâ Inu Bake.
Desde entonces, realiza viajes iniciáticos cada año a la selva amazónica en Brasil, llevando grupos de alumnos de su escuela y recibiendo allí las medicinas sagradas tradicionales, los ritos, dietas e iniciaciones y las bendiciones de Pajés (sacerdotes tradicionales) de las tribus Huni Kuin y Yawanawá. En 2023, recibió el bautismo de Txana en la aldea Mea Nia Ibu Isaka del pueblo Huni Kuin y realizó la primera dieta samakei de Mamâ del pueblo Yawanawá, dietas de sanación y formación de los Pajés dentro de las tradiciones chamánicas amazónicas.
También viaja junto a sus alumnos a las altas montañas de los Andes en Perú a recibir sanaciones, iniciaciones y participar en el encuentro anual de sacerdotes andinos. En 2023, concluyó su proceso formativo alcanzando el grado de Pampamissayoq y recibió su consagración a los pies del Apu Ausangate, habiendo sido iniciado y guiado en este camino por la familia Pauccar. Los Missayouqkuna (sacerdotes andinos) son reconocidos actualmente como guardianes del conocimiento y guardianes de la Tierra.
En 2020, creó su propia escuela iniciática de sabiduría ancestral en base a su propio camino y a la sabiduría y experiencia adquirida en el mismo, donde acompaña y guía a las personas hacia su sanación y la toma de su poder.
Actualmente, coordina y dirige la escuela Kawsay Kayaway, escuela iniciática de sabiduría ancestral andino amazónica, hace sanaciones individuales, lecturas astrológicas, retiros, viajes iniciáticos y guía ceremonias de Mamãe Jurema.
Cristina Martín Sanz
Durante los últimos años de mi vida, mi principal motivación ha sido sanar, pero sanar profundamente, sanar de verdad, sanar mi alma, sanar la raíz de ciertas emociones y patrones que me estaban destruyendo poco a poco.
Siendo más joven, experimenté momentos y experiencias muy duras que me conectaron con un dolor muy grande, un dolor que iba más allá de mí y más allá de las vivencias que había tenido en esta vida. Durante esos años, en esa búsqueda de entender lo que me estaba pasando, probé diferentes terapias, desde tratamientos psicológicos y psiquiátricos convencionales, hasta terapias más alternativas y naturales. Muchas de ellas me ayudaron a superar tramos difíciles, pero esa ayuda o esa sensación de bienestar era temporal, pasado un tiempo, volvían esas emociones y esos patrones que tanto daño me hacían. Por así decir, conseguía lidiar con los síntomas y sentirme mejor por un tiempo, e incluso podía vislumbrar la raíz y entender ciertos patrones a nivel racional, pero era incapaz de sanarlos, no había encontrado las herramientas para entrar en conciencia a la herida de mi alma y sanarla.
Los años antes de conocer a Antonio y su escuela, experimenté una gran crisis existencial, que me llevo a reconsiderar mi vida. El único objetivo de mi vida era sanarme, sentirme bien conmigo misma, vivir en equilibrio con la existencia. Todo lo demás perdió sentido, no me importaba dónde vivir, de qué trabajar, tener pareja o no… sentía que todo eso era secundario. Sabía que si sanaba mi alma, todo lo demás se recolocaría de forma natural y el camino se iría abriendo ante mí a cada paso. La mayoría de mis ancestros, al menos los de las últimas generaciones antes de mí, enfermaron o murieron siendo muy jóvenes y se fueron de este plano dejando una herida muy dolorosa sin sanar en sus almas, aún teniendo éxito laboral, económico, social, pero llevaban una gran carga por dentro que no pudieron sostener. Yo no quería seguir reproduciendo ese patrón.
Cuando empecé la escuela en 2021, creí que sería como una terapia más de autoconocimiento de las muchas que había experimentado. Sin embargo, conforme íbamos avanzando en las clases, iba descubriendo cosas totalmente nuevas, ideas e información que llegaban a mí como un bálsamo y daban sentido a muchas cosas que durante años no había entendido. Iba encontrando explicación y respuestas a contradicciones y preguntas que llevaban mucho tiempo acompañándome. Conforme iba haciendo los rituales que se proponían en clase, iba experimentando sensaciones totalmente nuevas para mí. Y poco a poco, me fui dando cuenta de que esto no era una terapia más. Todo lo que se compartía en la escuela venía de una sabiduría originaria, una sabiduría ancestral que ciertas comunidades indígenas habían ido guardando y transmitiendo durante siglos de generación en generación. Una sabiduría que venía directa de la fuente y que guardaba las llaves maestras para entrar de verdad a mi alma y ver todo lo que en ella habita, al tiempo que me iba proporcionando un camino seguro para adentrarme en ella y atravesar todas las energías y emociones con las que había tenido tantos conflictos, brindándome, además, las herramientas para reconciliarme conmigo misma y con todas las partes de la existencia y de la experiencia humana que no terminaba de aceptar.
Empecé a trabajar con Antonio en 2022, a acompañarle en su camino y en su servicio como transmisor de esta sabiduría y guía de este camino espiritual. Desde entonces, he recibido dos iniciaciones a Pampamissayoq, en el camino de la tradición andina de los Missayoq, soy aprendiz de las Plantas Maestras que están acompañándome, guiándome y enseñándome muchísimo, y he tenido la gran oportunidad de viajar a los Andes peruanos, donde conviví, aprendí y me nutrí de la sabiduría del pueblo Q’ero y sus sacerdotes; así como de viajar a la selva amazónica brasileña, donde me fundí con la madre naturaleza y pude experimentar en mi propia piel lo que es la vida en la selva y el poder, la fuerza y la sanación profunda que traen las medicinas sagradas de los pueblos que las custodian.
Actualmente, soy coordinadora de la escuela iniciática, de los viajes, encuentros y demás eventos que organizamos desde Kawsay Kayaway. También soy facilitadora de Biodanza SRT. Sigo en formación como Sacerdotisa Pampamissayoq y estoy comenzando a acompañar en las ceremonias de Plantas Maestras con mi voz y los rezos ancestrales.